Letra: , 1834; tra­duc­tor des­con­o­ci­do.

Música: , 1863.


Por la justicia de mi Dios, por sangre que Jesús vertió,
Alcanzo paz, poder, perdón, y cuanto bien me prometió.
Que sólo Cristo salva sé;
Segura base es de mi fe.
Segura base es de mi fe.

Así turbada no veré mi paz, su incomparable don;
Aunque Él un tiempo oculto esté, me dejará su bendición.
En mí no puede haber jamás
Ninguna base real de paz,
Ninguna base real de paz.

En la tormenta es mi sostén, el pacto que juró y selló;
Su amor es mi supremo bien, Su amor que mi alma redimió;
La roca eterna que me da
Base única que durará,
Base única que durará.